Deliciosa gelatina de Café Mocay

Deliciosa gelatina de Café Mocay

repostería
Hoy nos apetece un postre ligero del que poco se suele hablar en nuestra rica y amplia gastronomía: ¡Gelatina de café! Es una sobremesa con una preparación muy sencilla, que se puede combinar con otros postres para dar matices diferentes y que además está cargada de aroma y sabor. ¡Quédate con nosotros para aprender a preparar este delicioso postre y conocer su historia!

De Inglaterra a Japón

Como lo oyes, la gelatina de café nació en el siglo XIX en Inglaterra y se popularizó el siglo pasado en Japón. Se cree que su ascendencia es británica porque las primeras recetas aparecen en el manual de cocina inglesa The New Family Receipt Book, publicado en 1817, en el que se encuentra la primera receta completa de gelatina de café. En 1827 este postre viajó de Inglaterra a Estados Unidos, concretamente a Boston, donde el famoso restaurante Durning-Park comenzó a servir gelatina de café ese mismo año en un curioso formato: en cubos y hecha aprovechando el café sobrante del día anterior. La propuesta fue todo un éxito y se convirtió en un clásico del lugar. Tanto es así, que a día de hoy, los clientes del Durning-Park aún recuerdan con nostalgia este postre como uno de los platos distintivos del lugar, ya que el restaurante cerró sus puertas en 2019 después de casi dos siglos de vida. En cuanto a la comercialización de esta gelatina, la empresa de alimentación estadounidense Jell-O lanzó en 1918 una versión instantánea en formato sobres. La propuesta no tuvo mucho éxito en América, tan solo se consumía en los estados de Nueva Inglaterra. Al parecer el color negro resultaba poco atractivo en comparación con el de las otras gelatinas de frutas, ¿será este el motivo por el cuál la gelatina de café es tan poco conocida? Hay un país al que esto no solo no le importó, sino que adoptó este postre y lo hizo suyo hasta el día de hoy.

Su popularidad en Japón

La introducción de la gelatina de café en Japón data del período Taisho (1912-1926), época en la que el país nipón estuvo más influenciado por la cocina occidental. Aunque la preparación de gelatinas con agar-agar en Japón ya era tradición desde hace siglos, la versión cafetera fue muy bien acogida por la población japonesa. De hecho, hoy en día Japón es el único país del mundo en el que la gelatina de café es común en cualquier supermercado, café o restaurante... ¿Por qué será? Aún no tenemos clara la respuesta, pero lo que sí sabemos es que su popularidad no deja de crecer allí. Para los japoneses, la forma más habitual de tomarla es en dados y casi siempre acompañada con leche evaporada o nata montada, así es como suele aparecer en cómics manga y en series o películas anime.

Ingredientes y receta

Para hacer la gelatina de café solo necesitarás tres ingredientes:
  • 500 ml de café Mocay recién hecho
  • 10 gr de gelatina en polvo o agar-agar
  • 60 gr de azúcar
Prepara tu café Mocay de la forma que más te guste: en cafetera moka, en prensa francesa, en máquina espresso... Cuando esté listo y aún caliente, mézclalo con el azúcar; de esta forma se disolverá mucho mejor. Añade la gelatina o el agar-agar, remueve hasta que esté todo bien mezclado, vierte el líquido en un molde y llévalo a la nevera hasta que esté bien firme. Cuando haya pasado el tiempo de espera... ¡Tendrás lista tu gelatina de café!

Variantes y consejos de presentación

¿Has visto qué fácil es esta receta? Hay varias maneras de hacer gelatina de café en casa, pero nosotros hemos optado por una en la que utilizamos café fresco recién molido y eliminamos un ingrediente que se utiliza para diluir el café en muchas de las versiones: el agua, de esta forma disfrutaremos de un sabor y aroma más concentrado. Dejamos a tu elección que experimentes con las cantidades de café y agua para que tu postre sea más o menos intenso dependiendo de cómo lo vayas a consumir. En cuanto a los endulzantes, puedes elegir el que más te guste: miel, estevia, azúcar moreno, azúcar de coco, sirope de arce... Nosotros hemos optado por el más clásico. También te aconsejamos que utilices moldes con formas bonitas o que utilices la forma clásica: los cubos. Para ello lo más sencillo es elegir un molde cuadrado o rectangular y cuando la gelatina esté lista cortarlo en cuadrados más pequeños. Si lo haces con un molde no desmontable recuerda sumergir durante unos segundos la base del mismo en agua caliente para que la gelatina se despegue más fácilmente. Y por último no olvides decorar tu obra como se merece: acompáñala con leche, con nata montada o con leche condensada y espolvorea alguna especia como canela o vainilla, ¡Seguro que le da un toque delicioso!
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